Las Marchantiopsida, nombre que reciben del género tipo Marchantia, son una clase de hepáticas de distribución mundial, que habitan las superficies húmedas o con periodos de humedad y en menor medida las aguas dulces de casi todos los ecosistemas. Generalmente pasan desapercibidas y no juegan un papel ecológico importante en casi ningún ecosistema.

Son plantas pequeñas, aunque raramente pueden superar los 30 cm de longitud, con aspecto taloide, es decir, formadas por lóbulos o cintas que carecen de expansiones a modo de hojas. Su talo puede ser internamente simple o complejo, estando en este grupo los talos más complejos del filo Marchantiophyta. Pueden poseer una capa celular superficial a modo de epidermis. Esta superficie con frecuencia forma poliedros, cada uno con un poro con forma de tonel en sección longitudinal que comunica con cámaras aeríferas internas, las cuales suelen tener filamentos celulares encargados de la fotosíntesis. La cara inferior suele tener escamas, que distribuyen el agua por capilaridad o protegen a la planta del sol cuando estas se deshidratan. Además pueden forma rizoides unicelulares para anclar la planta al suelo. Algunas especies forman complejas estructuras con aspecto de paraguas que portan los órganos sexuales, mientras que en otras estos se desarrollan en el interior del talo sin mostrar claros signos de fertilidad. El esporófito (fase vital con dos copias de cada cromosoma) está muy reducido y generalmente no es visible sin el uso de una lupa.